La vigorexia es una afección mental que se caracteriza por un patrón donde la persona se mantiene obsesionada por su estado físico y su apariencia, que conlleva a un consumo exagerado de proteínas y carbohidratos acompañados de esteroides anabolizantes. Esto afecta su conducta alimentaria y sus hábitos de vida.
La persona con vigorexia tiene la creencia de que su cuerpo no es lo suficientemente musculoso y debe trabajar en función de ello. En este sentido, se mantiene constantemente en entrenamiento físico, hasta el punto de descuidar otros aspectos de su vida, lo que trae diversos problemas a nivel personal y laboral. Es una patología que afecta principalmente hombres entre 18 y 35 años.
En esta afección la persona con vigorexia presenta tiende a subestimar el tamaño y fuerza de su cuerpo, mientras va desarrollando medidas compensatorias desadaptativas como las mencionadas anteriormente.
Existe una búsqueda obsesiva por el aumento de masa muscular mediante el ejercicio, así como las dietas poco equilibradas y sin supervisión, que terminan siendo nocivas para la salud. Los productos que se consumen son suplementos alimentarios, hormonas, insulina, anabolizantes, etc. Los cuáles se adquieren en tiendas especializadas o gimnasios, donde no hay control prescriptivo.
Aproximadamente existen 700.000 casos de vigorexia o dismorfia muscular en España, con mayor prevalencia en hombres. Este trastorno implica problemas de autoestima, falta de seguridad personal y cierta inmadurez, que le da mayor atención a los factores físicos hasta llegar a extremos que perturban su salud.
Diversos factores influyen en la recuperación de la vigorexia, como por ejemplo los mecanismos de afrontamiento que posea el paciente, el momento de inicio del tratamiento y seguimiento, los recursos que se dispongan, el contexto social y la presencia de otros problemas emocionales.
Sintomas
Algunos de los síntomas son los siguientes:
- Hacer comparaciones constantes de su cuerpo con el de los demás
- Necesidad compulsiva de hacer ejercicios
- Mirarse en el espejo con frecuencia
- Sentir preocupación y estrés por saltarse una sesión de entrenamiento o una comida
- Mantener dietas rigurosas para aumentar la masa muscular
- Preocuparse de forma obsesiva por objetivos de ingesta diarios de proteínas
- Descuidar las otras áreas de la vida a nivel familiar, social y laboral
- La prioridad central es mantenerse haciendo ejercicio
- Pensamientos obsesivos sobre el físico
- Distorsión de la imagen corporal, que implica sentirse débil o delgado aunque se tengan músculos
Causas
Dentro de las causas se ha encontrado una relación con la idealización social y los prototipos de moda a seguir, que viene dado por parámetros sociales del cuerpo tanto para hombres como mujeres, que posteriormente se puede asociar con complejo de inferioridad.
La práctica de ejercicio físico es algo recomendable y necesario, el deporte genera sustancias llamadas endorfinas, que van generando un estado de bienestar y aumentan las condiciones de salud. Sin embargo, en los casos extremos como en la vigorexia tienden a desarrollar dependencia y obsesión. Se presume que existen trastornos asociados a esta afección psicológica.
A nivel sociológico se defiende que los hombres con dismorfia muscular o vigorexia presentan alteración del rol masculino, donde se piensa que el cuerpo con músculos es la imagen de la masculinidad. En principio, realizan las actividades físicas de forma moderada pero luego con el pasar del tiempo se van sintiendo insatisfechos con sus cuerpos y trabajan incansablemente, de forma tal que su mundo gira en la meta de su apariencia muscular.
Las sesiones de actividad física en las que participan son extenuantes, tienen largos períodos de duración a la semana, con el objetivo de aumentar la masa muscular especialmente en el tronco y extremidades superiores, de forma tal que lucen desproporcionados respecto al resto del cuerpo que luce más delgado.
Los anabolizantes que consumen las personas con esta afección psicológica, son esteroides derivados de la testosterona, los cuáles producen un aumento de la masa muscular. Este consumo trae diversos efectos secundarios como los siguientes:
- Impotencia
- Aumento del tamaño de las glándulas mamarias
- Disminución de la calidad del esperma
- Atrofia testicular
- Alopecia
- Acné
- Irritabilidad
- Depresión
- Problemas cardíacos
- Problemas hepáticos
- Retención de líquidos
- Edemas
Tratamiento
La vigorexia también llamada dismorfia muscular o complejo de Adonis, amerita una atención multidisciplinar como en la mayoría de los trastornos clínicos mentales. Es posible el uso de antidepresivos y ansiolíticos. Además, es fundamental la asistencia a terapia psicológica preferiblemente cognitiva, de forma individual o grupal para el tratamiento de los síntomas.
Durante el proceso de atención clínica es necesaria la ayuda de un nutricionista, en función de guiar los procesos alimenticios y las actividades físicas desde un punto de vista saludable y funcional.