“vergüenza en el trabajo, vergüenza al qué dirán, no creer en ti mismo, …”
El “qué dirán” es una preocupación sin sentido, no tiene utilidad. Hay que ocuparse de lo que tienes que hacer más que preocuparse.
Debes saber que la seguridad en uno mismo es muy importante y ayuda a superar el temor “al qué dirán”. Si estas convencido de tu opinión al encarar una situación, ¿qué te importa lo que digan los otros?, además, ten en cuenta que no se puede dar gusto a todo el mundo.
No es necesario la continua aprobación de los demás de tu comportamiento y acciones. Lo que resulta realmente importante es que tú mismo lo apruebes, basándote en tu sistema de valores personales, que es lo que te ayudará a tener tu criterio, tu manera de comportarte, de vivir y de sentirte seguro de ti mismo. Todas las personas tendemos a respetar a quién es auténtico y coherente. Deja ya de dar valor a lo que piensas que opinaran o pensaran los otros y a así podrás vencer la vergüenza..
Deja de preocuparte en que pensarán y dirán los demás de ti. Tú eres cómo eres, y por el simple hecho de ser así, eres único y distinto. Por ello, quierete mucho es el primer paso para vencer la vergüenza.
Es sinónimo de inseguridad. ¿De dónde viene esa inseguridad?
Las personas que sienten mucha verguenza son personas que buscan con insistencia la aprobación de los demás en cualquier cosa que realizan. Desean que aquellos que los rodean, estén de acuerdo con todas sus conductas. Es imposible que a todo el mundo le guste lo que haces. Esto te genera una continua preocupación y pensamientos negativos sobre ti, lo que haces o lo que harás.
Se genera un bucle negativo, piensas negativamente (no voy a ser capaz de hacerlo bien, no les va a gustar lo que haga, van a pensar que soy tonto,…). Como consecuencia de ello baja tu autoestima y con ello tu seguridad también disminuye. Todo ello es el caldo de cultivo de que pienses negativamente sobre ti y lo que haces. Y lo peor no es que tengas pensamientos negativos si no que dirijas tu comportamiento por esos pensamientos.
Son tantas las inseguridades, la falta de creer en uno mismo que puedes vivir obsesionado sobre cómo responderán los demás a lo que digan o hagan, impidiendo de este modo, poder hacer lo que te gustaría. Al dejarte influir en tu comportamiento por lo que podrían decir los otros, o cómo te sientes con respecto a alguien o algo puede alterar la forma de ver e interpretar el actuar de los demás.
La forma tan negativa que tiene el “vergonzoso” de ver la vida, resulta agobiante. Siempre esta pensando en que nada bueno puede pasar, evitando de este modo, las oportunidades que se le presentar tanto a nivel personal como laboral. La interpretacion errónea que hace de los demás y su continua preocupación del qué pensarán, produce que pierdan tiempo y así no ocuparse de hacer lo que quiere
Cómo puedes vencer la vergüenza en 7 Claves :
Al igual que funciona el bucle negativo, lo hace el positivo. Piensas de manera positiva ( voy a ser capaz, les va a gustar lo que haga, puedo hacerlo muy bien, …), incrementa por ello tu autoestima y genera en ti mayor seguridad. Y así aumentará la probabilidad de pensar de modo positivo y dirijas tu comportamiento por esta manera de pensar.
Ser vergonzoso no tiene por qué ser un problema. Es perfectamente adecuado necesitar un tiempo para entrar en calor, coger confianza a personas desconocidas y adaptarse a situaciones nuevas. Pero la vergüenza impide a algunas personas sentirse cómodas en situaciones sociales o ser lo sociables que les gustaría ser. A algunas personas les gustaría ser menos tímidas para podérselo pasar mejor a la hora de relacionarse con los demás y cuando están rodeadas de gente.
En el colegio, un niño tímido igual no se atreve a comunicar que tiene dudas delante de sus compañeros. Una vez adulto, a lo mejor tampoco es capaz de hacer una presentación a los responsables de conceder ascensos. Dejarte llevar por la vergüenza y evitar situaciones, aunque pueda parecer un problema menor, puede condicionar toda una vida.
Los tímidos desean mayor contacto social pero a la vez tienen un temor irracional a ser rechazados o juzgados por los demás, lo que les provoca ansiedad y frustración.
No existen fórmulas mágicas. Al final siempre deberás armarte de valor, contar hasta tres, y exponerte a tus miedos. Aún así te doy 7 pautas que puede ayudar a la hora de vencer la vergüenza:
1.- No estás tan solo como crees
Casi todo el mundo siente vergüenza de algún modo, ante determinadas situaciones o personas. La realidad es que la mayoría de las personas tenemos los mismos miedos y dudas que tú: tengo tantas inseguridades como cualquiera y sólo consigo superarlas mediante fuerza de voluntad. Los que consideras expertos socialmente dirían lo mismo: que hay situaciones en que se ponen nerviosos pero consiguen superarlo.
Asume que prácticamente todo el mundo es tímido en cierto grado. La diferencia está en la intensidad. Es tremendamente liberador cuando por fin entiendes que la persona que tienes delante puede estar tan nerviosa como tú y que probablemente agradezca en silencio que hayas dado el primer paso.
2.- Identifica en que situaciones y con quien te desborda la vergüenza
¿En qué situaciones y ante quien se dispara tu vergüenza?. Contestar a esta pregunta es el primer paso para vencerla, porque sólo así podrás identificar antes los pensamientos que preceden a sentir vergüenza y evitar que se conviertan en conductas negativas. Seguramente que en aquellas en las que crees que existe el riesgo de ser juzgado o avergonzado. Pero debes concretar más: ¿delante de gente nueva? ¿Con personas que te atraen? ¿Cuando tienes que hablar de ti? etc.
La vergüenza situacional es muy habitual. Son miedos que tan sólo aparecen en determinadas situaciones, sobretodo aquellas que involucran figuras que vemos superiores a nosotros, como profesores, jefes o personas muy atractivas.
Todo el mundo duda de sí mismo en ciertas situaciones.
3.- Sentir vergüenza y valentía son (fisiológicamente) lo mismo
El sentir miedo y atrevimiento están provocadas por la misma sustancia. La adrenalina. Fisiológicamente ambas emociones pueden parecerte distintas, pero biológicamente la respuesta de tu cuerpo es idéntica. La única diferencia es la interpretación que haces de ello: cuando esperas que algo malo ocurra, te invaden el miedo y la ansiedad. Pero cuando anticipas un final feliz, sonríes de excitación.
La realidad es que muchos actores sienten la misma tensión que tú antes de hablar ante su público, pero ellos lo interpretan como excitación, como algo que les va ayudar y les pone “las pilas”. El miedo se puede transformar en pasión cuando cambias la forma en que traduces esa emoción.
4.- Acepta tus pensamientos negativos no luches contra ellos
La importancia de las emociones a menudo luchamos para cambiarlas, cuando en realidad lo que deberíamos hacer es aceptarlas.
En el caso de la vergüenza, una de las estrategias más efectivas es cambiar tu diálogo interno negativo por mensajes positivos como veíamos anteriormente.
Esto además debe de ir acompañado de aceptar estos pensamientos negativos como parte de ti mismo, esto no quiere decir que te agraden. Dirige tus conductas hacia tus valores, hacia lo que quieres. en lugar de lo que piensas negativamente. Cuando las personas aceptan que pueden equivocarse, fracasar, se sienten más confiados y son más efectivos ya que actúan sin presión.
Primero reconoce tu miedo y luego actúa a pesar de él.
5.- Huye de ser perfecto
Gran parte de la autocrítica constante a la que se somete las personas que sienten vergüenza se basa en sus propias expectativas desmesuradas. Así sus chistes deben ser los más graciosos, sus historias las más interesantes y sus comentarios los más certeros; unas pretensiones imposibles de mantener.
Dejate cometer errores, intenta hacerlo lo mejor posible, no perfecto.
6.- Cree en ti mismo, y si no, fíngelo.
Una postura corporal de seguridad, erguido, con la cabeza alta, los hombros hacia atrás y los brazos ocupando la mayor amplitud posible, te proporciona una imagen seguridad y confianza en ti mismo.
El lenguaje no verbal que transmites con tu cuerpo influye en cómo te ven los demás, pero también puede cambiar en cómo te ves a ti mismo. Mostrar una actitud de seguridad, aún estando inseguro provoca que acabes sintiéndote como te comportas. La información propioceptiva (que va del cuerpo al cerebro) hace que sientas lo que haces.
Si te comportas de manera segura, te sentirás seguro.
7.- Mostrar tu vulnerabilidad te hace mas fuerte.
En un estudio de la Universidad de California, publicado en 2012, comprobaron que reconocer una emoción negativa con tus propias palabras puede reducir la intensidad de esa misma emoción. Así es que reconocer tu vergüenza o nerviosismo es una de las formas más sencillas de tranquilizarte.
Si es obvio que te da vergüenza, es mejor que lo admitas que intentar ocultarlo a toda costa. ¿Por qué? Porque así ya no tendrás que esforzarte en ocultarlo y eso te quita mucha presión de encima. Además, como la mayoría de personas saben lo que es pasarlo mal por culpa de la timidez, empatizarán contigo.
ESTOS SON MIS APORTES, DE LOS QUE PARTE SE UTILIZARON PARA EL VïDEO Claves para superar la vergüenza QUE SE PUBLICO EL 29 DICIEMBRE, 2015 PARA EXPANSIÓN.COM Y MARCA.COM.